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domingo, 22 de noviembre de 2015

¿Dinero? No. Pero... ¿Comida?


Hoy es uno de esos días en el que algo sucede y te decepciona. Supongo que si lo estoy dejando por escrito es porque me ha afectado más de la cuenta. Sin más rodeos... Explico cómo me siento:

Hemos ido al mercado de San Miguel, en Madrid, pues llevamos unos años yendo y nos gusta por la distribución interior, la gran variedad de puestos de comida que tienen. 
Me he quedado satisfecho con el gran plato de arroz que me han puesto y no he podido terminarlo. Habrá quedado un poco menos de la mitad de una ración (no tapa). Ósea, aún había para no desperdiciar. No era un simple bocado. 
Y como en alguna ocasión, para que se quede ahí y se tire, he pensado en un hombre que hemos visto mientras comíamos através del cristal que estaba pidiendo fuera. 
Cuando he salido lo he buscado y no estaba. Pero había otro señor mayor de unos 60 años, vagabundo aparentemente. Le he ofrecido la comida intacta y no la ha querido. Me decía que le diera dinero. Y yo que si ¿no quería aceptar el regalo que le estaba haciendo? Y no, que quería dinero. 
Decepcionado me he ido para adentro y me he dicho... No son todos iguales. Así que he vuelto a salir y veo al final de la calle a 3 personas más pidiendo. Una señora de 65 años, 2 hombres de 30. Me acerco primero a la señora y le ofrezco la comida. ¿Quieres comer? Me dice que no con la cara y me enseña su vaso para que le eche dinero. 
Perplejo de la situación me voy a cada  uno de los otros dos hombres y me pasa exactamente lo mismo. 
No salgo de mi asombro. Un matrimonio que estaba viendo la situación me dice << ¿Hasta dónde vamos a llegar? Quieren dinero y no comida >>. 
He vuelto a la mesa y he tenido que dejarla allí. 
Está claro que pagan justos por pecadores. Seguro que la persona necesitada jamás renunciará a comida. Siento tristeza y me he sentido mal por sentirme engañado. No me creo que una persona que lo necesite rechace cualquier entrega de comida de quien sea. De hecho, hace unos meses, venía de comprar el pan y vi a un hombre de 37 años aprox buscando en un contenedor de basura y le di una barra de pan y el señor casi se le saltaban las lágrimas de agradecimiento. Su rostro lo decía todo. Por eso que quien lo necesita no te dirá que no jamás. 
Cuando me piden dinero... quién sabe para qué lo usarán. ¿Y si lo gasta en vicios? ¿Alcohol, droga, máquinas tragaperras, tabaco ... ? No. No quiero contribuir a un vicio. 
Hace un año. me para a mi mujer y a mí una señora de unos 45 años pidiéndonos dinero y contándolos una historia con cara de pena que nos hizo sentir mal y le di todo lo que llevaba en ese momento. 4 €. Mi mujer se la encontró en su trabajo pidiendo también. Y una mujer le dice a mi mujer si es que no la conocía a la señora en cuestión. Resulta que tiene empleo y la ves comprando en tiendas ropa y de todo tipo de accesorios. Lógico si ganas dinero.  Solo que le da por pedir a la gente y hacerse la víctima para sufragar esos gastos extra. 
¿Cómo te quedas cuando se ríen en tu cara habiendo entregado dinero que quizá te hacía más falta a ti o a los tuyos? Engañado. Decepcionado. Triste. Pues así me siento. Quería desahogarme escribiendo. No tengo nada en contra de nadie pero hemos de no ser tontos y percibir quién realmente necesita ayuda.
 
¿Os ha pasado algo parecido? Puedes explicarlo si quieres. 

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